Fernando Díaz levantó las manos empuñadas al cielo en señal de triunfo y la hinchada roja desató el festejo en la tribuna tras el esperado pitazo final del exasperante juez Claudio Fuenzalida. ¿Por qué tanta algarabía en el estadio de Linares?. . Ñublense, tras 91 años de existrencia y un breve derrotero en la Primera A (ésta es su sexta temporada en el fútbol grande desde 1977), trepaba al primer lugar del torneo después de un trabajado partido que fue un verdadero parto. Los “Diablos Rojos” se impusieron por 2-1 ante Cobresal y hoy amanecieron como líderes exclusivos del certamen con 15 puntos, relegando a los poderoderos U. Católica, U. de Chile y Colo Colo. El inesperado zarpazo para muchos, pero fruto de un trabajo silencioso de un plantel que sabe interpretar con oficio el libreto de su director, estuvo marcado por el suspenso en la tierra donde el 2004 Ñublense salió del pozo oscuro de la Tercera División. Claro, porque si bien Ñublense salió al campo de juego soñando con la punta, tras la derrota de U. de Chile por 3-1 ante Cobreloa en Calama, al frente tuvo a un rival compacto en todas sus líneas y que lo sorprendió de entrada, enmudeciendo a los cerca de 2 mil ilusionados fanáticos que viajaron más de cien kilómetros para ver a su equipo trepar a la cima. Los nortinos aguantaron la improductiva presión inicial de los rojos y golpearon con un golazo de Julio César Lafattigue, quien aprovechó una desinteligencia por la banza zurda de la defensa de Ñublense y se despachó un zapatazo que sorprendió adelantado al portero Jaime Bravo. Ñublense sintió el mazazo y trató de retomar el hilo del partido, sin embargo extravió por algunos minutos el rumbo, hasta que Juan Pablo Toro, se filtró en el área de Cobresal y desvió de cabeza un tiro libre de Cisternas, descolocando totalmente al golero Roberto González. Tras el empate Ñublense trató de generar circuitos creativos con Osorio, Cantero y Flores, pero careció de profundidad, mientras que Cobresal perforó la deficiente banda zurda defensiva de los chillanejos, pero sin capacidad de finiquito. En el complemento, el equipo del “Nano” Díaz salió virado. Los dirigidos de José Cantillana sintieron el desgaste y fueron testigos del incesante dominio de Ñublense. Tras una increíble farra de Cantero, quien desvió de cabeza un centro preciso de Flores, apareció la clase de Pedro Rivera quien anotó un golazo de tiro libre, dejó petrificado al portero Roberto González y desató el carnaval rojo. En los minutos finales, los rojos aguantaron la desordenada presión de Cobresal y derrocharon oficio para manejar el partido hasta el pitazo final de Fuenzalida que dio paso a un festejo histórico. A un sueño del cual los chillanejos no quieren despertar. A un cartel que los soldados de Díaz defenderán a muerte el miércoles ante Palestino en la capital y el próximo domingo en Linares ante Santiago Morning. Que dure la fiesta. ¡Ñublense es el puntero!.. www.ladiscusion.cl
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